sábado, 29 de agosto de 2015

BLOOD FREAK (1972)


Un motociclista llamado Herschell (guiño a Herschell Gordon Lewis, director conocido como el creador del subgénero gore)  acompaña a una chica a su casa después de que su auto se ha descompuesto en la calle. Al llegar se encuentran con que la hermana ha organizado una orgía-light donde los invitados fuman marihuana y viajan vía LSD. Así da inicio una chocante y bizarra historia de horror atiborrada de mensajes cristianos. Por un lado tenemos a la santurrona Angel (santa, santa pero con shortcito seductor) y por el otro a la pecaminosa y no menos buenona Ann, quien al ser despreciada por el moralista Herschell, se venga volviéndolo un adicto; para ello basta con obligarlo a fumar un cigarrito de LSD. Pero antes de que eso suceda, Angel y Hershell citan algunas frases bíblicas y moralistas en medio de uno hippies rucos que están demasiado pasados para hacerles caso. El protagonista con look de Elvis Presley-Michael Landon en Camino al cielo, sucumbe ante los encantos de Ann al tiempo que por recomendación de Angel consigue un empleo en una granja de aves de corral. A cambio de un dinerito extra, Herschell es convencido por un profesor loco para que consuma carne de pavo químicamente alterada. Más tarde, la combinación de estupefacientes y las pechugas transgénicas lo transforman en un hombre pavo asesino. 

Cuando termino de ver películas como Blood Freak me viene a la mente una idea: Deberían prohibir que cualquier persona se ponga detrás de una cámara cinematográfica, más cuando se trata de hacerlo con fines comerciales, aunque eso pueda considerarse un atentado contra la libertad de expresión. Bueno, quizá exagero, pero es que productos como éste no hacen más que contribuir a que los detractores del cine sostengan la teoría de que no se trata de un arte persé. Bodrio infame que por la baja calidad que muestra desde el inicio, hace suponer que estamos ante un ejemplo del llamado  género de explotación surgido en los años setenta, cuyas características principales son la violencia extrema, los desnudos y el gore, pero...¡No! Eso por lo menos ofrecería un mínimo de interés. 


Como ya lo mencioné, Blood Freak también conocida como Fenómenos sangrientos, se trata de un filme cristiano en contra del uso de estupefacientes, quizá con buenas intenciones, pero realizado con una torpeza inusitada. Los actores más chafas que jamás haya visto, a lo que se suma la participación del director Brad F. Grinter como narrador interrumpiendo  la historia para aventarnos sus impresiones  (irritante resulta ver que agacha la mirada para leer su discurso). Musiquita que va acorde con un sonido deficiente que sube y baja ¡Se escucha la voz del director cuando dice "Acción"! Gritos reciclados y audio desfasado.


No se puede ni siquiera hablar de recursos narrativos ni de técnicas visuales porque simplemente son inexistentes. Abundan los fundidos a negro sin sentido, como si el director no fuera capaz de filmar más de cinco minutos sin hacer un corte para regresar al mismo sitio donde nos dejó. Desconcertante.

Y aún hay más, el mentado hombre pavo asesino ¡Dios, perdona a estos cineastas cristianos que no saben lo que hacen! Mascarita de cartón que parece la creación de un niño de preescolar, con todo respeto para ese niño. Sangre cortesía pinturas Vinci. Muertas que parpadean, viejos que se aguantan la risa. Suena divertido, pero no lo es.

En resumen, la peor película que he visto en mi vida. 
------------------------------
Cinefantástico agradece el patrocinio de Películas de Terror.

0 comentarios :

Publicar un comentario