domingo, 31 de agosto de 2014

EL CANÍBAL DE ROTEMBURGO (2006)


Película alemana inspirada en uno de los crímenes más espeluznantes y controversiales del siglo XXI, el caso de Armin Weimes mejor conocido como El caníbal de Rotemburgo, quien confesó haber asesinado a Bernd Jürgen Brandes, después de que éste respondiera a su anuncio publicado en un portal de Internet, en el que solicitaba conocer a un hombre que lo dejara comerlo vivo.

Una vez más, la realidad supera a la ficción. En 1991, Anthony Hopkins inmortalizó al Dr. Hannibal Lecter en El silencio de los inocentes, trayendo al mundo "civilizado" la figura del antropófago que, anteriormente en lo que a cinematografía se refiere, era mostrado la mayoría de las veces en sitios rurales, selváticos o como miembro de alguna sociedad primitiva. No cabe duda que Thomas Harris, padre literario del personaje, emprendió una investigación concienzuda para crear a uno de los asesinos más ilustres y - me atrevo a decir  - carismáticos, de la literatura y el séptimo arte. 

Por el contrario, El Caníbal de Rotemburgo, me parece una cinta que desperdicia un material que daba para mucho más que lo que cuenta en poco menos de hora y media de metraje. Con un realizador como David Fincher y un guionista como James Vanderbilt, tendríamos como resultado un filme de suspenso al nivel de Zodiaco (2007), sin embargo, en manos del director de videoclips Martin Weisz, el interés se ve reducido.


Y es que, la mayor falla de la película se encuentra en su argumento. Al inicio nos presentan a una estudiante (Keri Russell) quien para su tesis ha elegido estudiar el crimen acaecido cinco años atrás. Lo anterior hace suponer que el personaje femenino, será el encargado de narrar e intentar dar una explicación de los hechos a partir de una perspectiva psicológica. Pero no hay tal. Sus diálogos y acciones pasan desapercibidos ya que no aportan algo trascendente a la trama. En otras palabras, su presencia sale sobrando. 

Martin Weisz durante los primeros cuarenta minutos presenta una serie de flashbacks para contarnos la infancia y juventud de la víctima y el victimario (cuyos nombres fueron cambiados en la cinta). El primero, Simon, es un homosexual que ha vivido con sentimientos de culpa tras el fallecimiento de su madre. El segundo, Oliver, es un tipo reservado que mantuvo una relación casi edípica con la autora de sus días. En ambos casos, nada sirve para justificar que uno desee que lo corten en pedazos para ser comido y que el otro quiera probar la carne humana.



Para quien no haya escuchado nunca la noticia (algo extraño siendo que le dio la vuelta al mundo), vale la pena decir, que la película omite varios detalles importantes, los cuales son más aterradores que todo lo que se narra en la primera mitad. Por ejemplo: No se relata que Armin Weimes dijo a la policía haber tenido contacto vía Internet con dos personas que aseguraron practicar y recomendar el canibalismo; tampoco se habla de cómo a raíz de su captura dio inicio un fenómeno mediático en las redes sociales, que consistió en que aparecieran una serie de anuncios de gente que pedía se la comieran.Y  apenas se menciona con discreción que posiblemente haya 800 caníbales en Alemania. 

Los veinte minutos finales se apegan fielmente a los hechos que Weimes grabó en tres videos. Para aquellos espectadores con estomago débil o sensibilidad a flor de piel, hay que advertir que las escenas sin ser del todo explícitas, pueden ser perturbadoras. Mientras que para los amantes del cine gore de alto calibre quizá no cumpla con las expectativas.


Sobre las actuaciones de Thomas Kretschmann y Thomas Huber, en la medida de los parámetros normales cumplen. Kretschmann gracias al papel de caníbal ha ganado algunos premios en festivales fantásticos. 

En Alemania se prohibió el estreno de  El caníbal de Rotemburgo, no por razones de censura como muchos creen, sino porque Armin Weimes interpuso por medio de su abogado, una demanda argumentando que, se vulneraban sus derechos personales al presentar su vida como si fuera una película de horror. Pese a todo, podría filmarse un remake, toda vez que Weimes mientras cumple su condena, escribe un libro de su vida y ha recibido varias ofertas para llevarlo al cine.
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Cinefantástico agradece el patrocinio de PELÍCULAS DE TERROR, blog amigo escrito por Rubén Lara Conde.

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