martes, 26 de agosto de 2014

CALLES DE FUEGO (1984)


Una multitud de jóvenes arrebatan las  calles de una ciudad iluminada por luces de neón. Su destino: el concierto magno de la estrella de rock Ellen Aim. Las primeras notas de Nowhere fast, rola ochentera interpretada por Fire Inc. dan pie a un inicio frenético, en dónde la bella cantante interpretada por una jovencísima Diane Lane, es en pleno concierto secuestrada por Raven (Willem Dafoe) instalado en papel de motociclista punketo- y su banda. 

Reva Cody toma la iniciativa y envía un aviso a su hermano Tom (Michael Paré) contándole lo sucedido. Tom Cody, quien en el pasado tuvo una relación amorosa con Ellen, regresa a casa y acepta el dinero que Billy Fish (Rick Moranis), representante y actual pareja de la fémina, le ofrece por rescatarla.

Uno de los mayores creadores de historias protagonizadas por antihéroes es sin duda, Walter Hill. Pandilleros, forajidos del oeste, peleadores callejeros, presidiarios y rudos policías, son solo algunos de los personajes comunes en la filmografía del director californiano. Los guerreros (1979) y 48 horas (1982) son dos de sus cintas más recordadas.

Calles de fuego, no podía ser la excepción. Considerada en términos generales como una película de acción, la cinta es un híbrido que combina el western urbano y el musical, dando como resultado - como decía el subtítulo- una fantasía de rock.



Walter Hill cuenta una historia sencilla con la ya clásica estructura “chico bueno rescata chica y vence al malo” apoyado en un diseño visual y una narración comparables a los de un comic. De hecho, la anécdota bien podría haber sido la adaptación de un número de la revista Heavy Metal. 

En medio de un escenario atemporal, aparece la figura de Tom Cody, un símil de “el hombre sin nombre” que en casi todos sus westerns interpretó Clint Eastwood. Un extraño de rostro impasible y actitud huraña, que llega al pueblo sin hacer ruido y de igual forma se va después de cumplir su misión.

Al personaje principal se unen en la búsqueda, Billy Fish por ser quien conoce mejor el barrio y McCoy (Amy Madigan), gatillera de aspecto hombruno que a cambio de un lugar en donde dormir y una parte de la recompensa, ofrece cuidar las espaldas de Tom.



El encuentro entre la pareja romántica, remite a Los Guerreros, en donde el personaje masculino se muestra indiferente ante los intentos de la chica por hacerse notar. Ellen trata de justificar el por qué ahora se mantiene al lado de Fish, pero le confiesa a Tom que está dispuesta a escapar con él. Tom Cody le aclara que lo único que le importa es recibir la recompensa. Si bien, el mercenario cede y permite que afloren sus sentimientos lo que trae como consecuencia un poético beso bajo la lluvia, en el mundo hilliano es poco probable esperar un desenlace convencional.

Y así como el muchacho bueno, no es tan bueno, el villano no es tan malo. Mientras el primero demuestra un evidente machismo, el segundo por momentos raya en la inocencia, como cuando al mantener cautiva a Ellen dice “Solo quiero que te enamores de mi, luego te dejaré libre”, cumpliendo su palabra de no tocarla (¡Una verdadera hazaña! Debo reiterar que Diane Lane luce fenomenal).

En Calles de fuego, la figura de la autoridad vuelve a ser opacada por la conducta anárquica de los antagonistas. Disgustado con Cody por haberle literalmente arrebatado a Ellen, Raven propone al jefe de policía que arregle un encuentro en donde Tom y él se enfrenten, asegurando que de aceptar nunca más le causará problemas. Haciendo caso omiso de las autoridades que le han pedido que se vaya de pueblo para no hacer el lío más grande, Cody se queda y acepta el reto. 



Uno de los máximos logros de la cinta es la forma en que integra la parte musical evitando el error de editar un video tras otro sin que haya relación alguna entre sí para contar una historia como el caso de Moonwalker (1988) o  con la intención de ocultar un guión paupérrimo como en Rocky IV (1985) por citar otro ejemplo.

Los temas musicales de Fire Inc. (la voz que se escucha en la cinta es la de Laurie Sargent, Diane Lane hace playback), Tom Petty y Dan Hartman, entre otros, aunados a una candidez fresona (no hay violencia desmedida, sexo explícito o un repertorio de palabras altisonantes) convierten a Calles de fuego en un referente no solo del cine ochentero sino a la luz del tiempo, en un recuerdo nostálgico de la época, esa en la que, entre anuncios luminosos de neón y ambiente discotequero podíamos besar a nuestra chica bajo una noche de lluvia..



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